«Loveless» cumplió 29 años. Recordamos a My Bloody Valentine la banda más influyente del Shoegaze.
- Richo Jaip
- Nov 4, 2020
- 6 min read
Updated: Nov 5, 2020
29 años han pasado ya desde que, en noviembre de 1991, viera la luz uno de los discos más influyentes, tal vez el que más, de las casi tres últimas décadas: Loveless, de los irlandeses My Bloody Valentine.
Un mes antes veía la luz Nevermind de Nirvana y tan sólo un par de semanas después Achtung Baby, de U2. Difícil que en un espacio tan corto de tiempo se den cita tres lanzamientos con una repercusión posterior tan importante. Por otra parte no hace falta conocer demasiado del tema para saber que Loveless no tuvo el impacto comercial de sus dos compañeros de generación, pero tal vez su influencia, a día de hoy, sea más interesante en cuanto a los caminos que mostró y cómo éstos han sido utilizados por los grupos que lo tienen como referencia.

Hablar de Loveless es hablar de un extraño fenómeno musical de la Inglaterra de finales de los 80 y principios de los 90: el Shoegaze. Tal vez esté de más explicar que bajo esta etiqueta la prensa británica reunió a una serie de grupos antes conocidos como “la escena que se celebra a sí misma”, los cuales tocaban, como el propio término indica, “mirándose los zapatos” (en realidad eran sus pedaleras de efectos) y entre los que se encontraban Ride, Slowdive, Lush, Chapterhouse y por supuesto los propios My Bloody Valentine. Este sonido se inaugura con la edición del primer álbum de la banda de Kevin Shields, Isn´t Anything (si bien la etiqueta vendría un tiempo después), y Loveless supone su cima.

Pero empecemos por el principio. Mucho se ha escrito sobre la gestación de este impresionante artefacto musical. Ciertas cosas serán ciertas y otras no, pero parece claro que la banda formada por Kevin Shields, Colm O´Ciosoig, Debbie Googe y Bilinda Butcher pasó dos años en el estudio dando forma a este proyecto. La tan comentada historia de que el carácter obsesivo y perfeccionista de Kevin Shields casi arruina a Creation Records también parece cierta, y con respecto a esto habría que comentar que por el estudio pasaron un buen número de productores e ingenieros de sonido para ayudar a Kevin a recrear ese sonido que tenía en su cabeza a base de un ingente número de pedales, amplis y las reglamentarias Fender Jaguar y Jazzmaster tan propias de la época,
Pero si uno se para a analizar la trayectoria del grupo, la sensación es que Loveless llevaba gestándose, en la cabeza de su autor, mucho más tiempo que esos dos años referenciados anteriormente. Y es que toda la carrera de My Bloody Valentine parece encaminada a conseguir ese objetivo. Desde aquel primerizo y extraño LP llamado This is your Bloody Valentine (1985) con un talDave Conway a las voces (una especie de Elvis trasnochado sobre un fondo ruidoso y totalmente amateur), pasando por la etapa twee-pop de Sunny Sundae Smile (en mi opinión, tan interesante como breve), el acercamiento definitivo a un nuevo estilo y sonido que suponen los EPs de Strawberry Wine, Ecstasy, Feed Me With Your Kiss o You Made Me Realise (¿el mejor EP de la historia del rock?) y finalmente la edición de ese hermoso campo de pruebas que supuso en 1988 Isn´t Anything. Para 1990 y comienzos de 1991, intercalados con la grabación de Loveless, los EPs Tremolo y Glider ya muestran algunos temas del futuro LP (Soon, To Here Knows When) y anticipan la evolución del sonido de " Isn´t Anything" , el cual se muestra más depurado y con muchos más matices añadidos a las clásicas distorsiones.
Y por fin llegamos a ese noviembre de 1991 en el que se edita Loveless, un álbum que pudo resultar (y seguirá resultando) extraño para muchos, un álbum de difícil acceso y poco agradecido en primeras escuchas, pero que se va abriendo ante el oyente, dejando fluir sus infinitos surcos, su magia onírica y todos los mundos a los que puede transportarnos. Poco importa de qué hablen los textos, susurrados y escondidos tras un muro de delays y reverbs magistralmente fusionados con distorsiones (lo más extendido por la red es que en directo Kevin utiliza una Marshall Shredmaster, tal vez para hacer de sus conciertos una experiencia más asfixiante, pero en estudio utilizó muchas más, con diferentes tonalidades y, en su constante afán de experimentación, mezcladas con todo tipo de efectos). Las voces son un instrumento más dentro del collage sónico que nos ofrece la banda y apenas podemos discernir de qué hablan Kevin y Bilinda. Sus susurros están ahí tan sólo para hacernos “sentir”, más que para contarnos una historia, y contribuyen a la sensación de que éste es un disco espacial, la perfecta banda sonora de un sueño sensual, etéreo y por momentos alucinado, un sueño del que, al despertar, apenas podemos describir nada y que, como un perfume, volverá a estar con nosotros cuando volvamos a pulsar el botón de “play”.

Analizando los momentos magistrales del LP, sus 11 canciones- tenemos el ya clásico comienzo de “Only Shallow”, con esa batería que en muchos tramos del álbum no es real, sólo samplers (debido a que Colm O´Ciosoig se perdió buena parte de la grabación por enfermedad), los loops de lo que podría llamarse “estribillo”, la sensación de que los acordes se despedazan, quedan anclados y se mezclan con los siguientes y el omnipresente zumbido, un zumbido dulce eso sí. La canción realmente resume Loveless y debió ser todo un golpe en la cara de más de uno hace 29 años y posiblemente hasta ahora para algunos .

“Loomer” es una dulce canción pop sumergida en un mar de distorsión que la ahoga y nos la devuelve en forma de viaje lisérgico. El extraño interludio “Touched” es la aportación en solitario al disco del anteriormente citado Colm O´Ciosoig, y entronca perfectamente con la belleza inabarcable de “To Here Knows When”, la canción en la que más podemos preguntarnos si lo que suenan son guitarras, sintes o el mismísimo océano pasado por un filtro de reverberación. Tras la calma llega la que para mí es cima del disco y una de las canciones más importantes de los 90's, “When You Sleep” es un clásico moderno en toda regla, las voces parecen estar más claras por una vez y el tempo se hace más vivo. El antológico “riff” (y que se note que lo pongo con comillas) que sacude la canción hace el resto. "I Only Said" comparte estructura con la anterior y de hecho la banda se inventa otro riff que conduce el tema en sus dos últimos minutos sin apenas variación.
Y es que Loveless es un disco simple en el fondo aunque obviamente no en la forma, sus estructuras son sencillas e incluso puede sonar repetitivo, pero eso forma parte de la ecuación. “Come in Alone” y “Blow a Wish” (más distorsionada la primera y más dulce la segunda, con preciosa interpretación vocal de Bilinda incluida) son el perfecto ejemplo de que éste es un álbum que deja huella sin que nos demos cuenta, ya que es difícil revivir las sensaciones que producen si no es sumergiéndonos en ellas con atención. “Sometimes” es el punto de partida de Billy Corgan para crear Siamese Dream y eso ya es decir mucho.
Infinita sensación de tristeza y desazón en la voz lánguida de Kevin Shields y otra canción para la eternidad. “What You Want” vuelve a aumentar el tempo y parece introducir líneas de teclado (aunque cualquiera se fía de sus oídos aquí) a la vez que su relajado final nos introduce en "Soon" , último coloso y ascensión final de una etapa con llegada en alto. El tema que cierra el LP es casi bailable y está guiado por una estupenda sección rítmica, aderezada por los clásicos susurros y por ese “riff” que Kevin parece inventarse para que cada una de las canciones más accesibles del álbum puedan ser reconocibles, lo cual da más importancia al hecho de que las voces son sólo un instrumento más.
Y aquí acaba el disco, ¿o no?. Pues parece claro que no. Una nueva escucha nos lleva a descubrir nuevos matices, a preguntarnos cómo sería tal o cual canción que no llegamos a recordar del todo y, por encima de lo demás, a reconocer con cierto desasosiego que un álbum tan calculado, tan original, tan redondo, no puede tener un sucesor. Sólo nos queda reconocer que la obra de Kevin Shields, al menos en lo que se refiere al mundo del Shoegazing, está acabada y que sólo nos podemos contentar con que algún día nos vuelvan a ofrecer esos tapones y ese día llegó en 2013 Con "M V B" para los oídos que se reparten en los conciertos del grupo, tapones que obviamente rechazaremos, porque somos hijos del ruido, de este ruido divino.
Deberías tener este disco en tus archivos digitales.
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